Más que una lata de conserva, es una experiencia gastronómica única.
Originario de las aguas frías de Groenlandia. Una vez llega al obrador, retiran manualmente la carne de las patas, una por una. Luego, lo introducen en la lata junto con el agua de su propia cocción para preservar su textura delicada y su exquisito sabor.